Sophie Sheridan (Amanda Seyfried) es una joven de 20 años que está a punto de casarse y para ese día, quiere que su desconocido padre vaya con ella al altar. Finalmente, Sophie cree haber descubierto quién es su padre hasta que en realidad aparecen tres posbiles pretendientes.
La verdad es que el argumento es muy poco original y es que esta película tiene su encanto en otra parte: Mamma mia! es la versión cinematográfica de un musical del grupo Abba donde no falta ninguna canción del famoso grupo, Chiquitita, Super Trouper o Dancing Queen, la mejor en la película.
Los actores están en general bastante bien, destacando a la protagonista, Meryl Streep (Memorias de África) como Donna Sheridan y a sus dos amigas, las actrices Julie Walters y Christine Baranski, que sin duda llevan la parte más cómica del film, además de las mejores voces ya que el sector masculino deja bastante que desear. Pierce Brosnan, uno de los posibles padres de la joven, es uno de los peores actores de la película más que nada por su faceta cantarina. Sin duda un becerro lo habría hecho mejor.
Los otros dos supuestos son Colin Firth (Love actually), más soso cada día y Stellan Skarsgård (Rompiendo las olas), el mejor de los tres sin duda, aunque ninguno debería pasarse a la música.
El encanto de la película es lo divertida y entretenida que es y sobre todo, logicamente, el buen ánimo con el que sales del cine después de escuchar las canciones de Abba.
La recomiendo para todo aquel que quiera pasar un buen rato sin más pretensiones.
Importante: ¡Aguantar los títulos de crédito!
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