Película basada en la historia real de John Crowley (Brendan Fraser), trabajador de clase obrera en sus orígenes que había conseguido finalmente saborear el éxito en el mundo empresarial americano. Apoyado por su bella esposa Aileen (Keri Russel, serie “Felicity”) y sus tres hijos, John inicia su carrera hacia el éxito. Pero cuando ésta comienza a despegar, se ve obligado a detenerla al enterarse de que a sus dos hijos pequeños, Megan y Patrick, se les ha diagnosticado una enfermedad incurable. Con su mujer siempre a su lado, John se asocia con un científico brillante pero poco apreciado y anti-convencional, el Dr. Robert Stonehill (Harrison Ford). Conducidos por diferentes razones, juntos crean una compañía biotécnica, donde por un lado uno quiere encontrar la cura que salve la vida de sus hijos y el otro busca conseguir probarse a sí mismo y sus teorías científicas. Esta extraña alianza termina desembocando en un respeto mutuo, mientras luchan contra el sistema médico y empresarial. Sin embargo, en el último minuto, cuando parece que se ha encontrado una solución, la relación entre ambos se enfrenta a la prueba final, cuyas consecuencias afectará al destino de los hijos de John.
Podría decir que es el cartel más feo y menos atractivo que he visto últimamente.
Estreno en España para marzo.