“En tierra hostil” nos cuenta la vida diaria de un grupo de artificieros americanos, la compañía Delta, que desactivan explosivos en Irak. El grupo está liderado por el sargento Thompson (Guy Pearce). Cuando éste fallece en el transcurso de una misión, se queda al mando el impredecible y temerario sargento James (Jeremy Renner). El imprudente comportamiento de éste hará que sus dos subordinados, el sargento Sanborn (Anthony Mackie) y el especialista Eldridge (Brian Geraghty), valoren seriamente el riesgo que corren en su trabajo y se planteen si realmente les merece la pena continuar.
La película se caracteriza por conseguir mantener la tensión de los espectadores en todo momento gracias a las diferentes situaciones extremas que viven sus protagonistas. Y es que la película no es sobre la guerra de Irak, de hecho, esto se deja en un segundo plano para centrarse en las emociones que viven los protagonistas. Y no sólo en los momentos de acción, sino también cuando están en calma y afloran los miedos y las ganas de salir de ese infierno.
Pero sin duda, el tema principal de la cinta es la adicción al peligro que desarrollan sus protagonistas, destacando la falta de emoción en cualquier situación que no implique un peligro de muerte. Así, las situaciones límite se convierten en la fijación principal del protagonista de la película, el sargento James (Jeremy Renner). Su vida, y toda lo que le rodea, pierden sentido después de haber vivido tantas experiencias límite en el campo de batalla; toda se vuelve insignificante y aburrido, dando paso a una obsesión irracional por el peligro y la adrenalina que desata.
La directora, Kathryn Bigelow (“Días extraños”, “K-19″), nos ha deleitado con una película original, emocionate y adictiva, que trae aire fresco al género bélico, muerto estos últimos años. Lástima que mucha gente califique a Bigelow de cobarde por no meterse más a fondo en el tema de la intervención americana en Irak, cosa que no entiendo ya que la película no trata de eso.
En definitiva, una película correcta, fresca y entretenida que podría resultar incluso mejor si redujera sus 125 mínutos de metraje. Veremos como queda en los Oscar.
Tras verla sentí una indiferencia absoluta: Los personajes no me trasmiten absolutamente nada, y creo que lo único destacable fue el momento en que el protagonista está a solas ante el cuerpo muerto del niño que vendía DVDs. El resto creo que es nada más que una grandísima americanada. Y lo peor de todo es que no se nota por ninguna parte el toque femenino que yo buscaba en la dirección de una mujer…
En fin, que “The Road” sigue siendo para mí la gran ausente en los Oscar de este año.
Saludos
Si no te transmite nada, entonces habría que verte en esas situaciones que tienes un 300% de adrenalina en la sangre, más el miedo.
A mi me ha parecido un peliculón, con un grán mensaje.
Vamos a ver… ¿Qué tendrá que ver el tema tratado con cómo esté tratado? El mismo tema puede transmitir más o menos en un espectador dependiendo de cómo lo enfoque el director. Eso es lo que quiero decir: que no ha logrado trasmitirme tanto como yo pensaba después de ver tanta crítica excelente. Y que poco más he sacado de esta película que la historia inverosímil de un tipo que pese a ser jefe de artificieros se dedica a hacer de camicace (cosa impensable a todas luces en un ejército como el americano, que no se permitiría tener a alguien así en sus filas; eso es irreal y desproporcionado, y cualquier militar lo podrá decir). Y bueno, para qué seguir… Para gustos, colores.