Mucho se ha hablado y escrito sobre la próxima entrega de los premios Oscar. Como se sabe, esta gala es la más relevante dentro de la industria del cine norteamericano (y no solamente: desde que se premian también películas extranjeras, todo el mundo del cine pone sus ojos en los Oscar a la espera de un reconocimiento de la Academia).
Es que cuando se entregan los premios de la Academia ocurre mucho más que la mera entrega ritualística de un premio a un actor, director, etc. Por el contrario, ganar un premio allí implica seguramente la confirmación de un lugar de privilegio dentro del mundo Hollywood, asegurándose un futuro de éxito profesional.
Además también puede ayudar a muchas personas que recién comienzan a trabajar en el cine a saltar a la fama. Es así que en los últimos años se ha intentado apostar más que nada a la performance en vivo de la presentación de los premios. De allí que poco a poco el contenido de las películas seleccionadas ha dejado de tener importancia, para pasar a ser la propia entrega la protagonista de la noche.
Y en este sentido es que el presentador de la gala ocupa un papel fundamental. Según indican las fuentes informadas en estos días, sería Eddie Murphy el encargado de recibir a la gente en la noche de la entrega de los premios. La elección del actor cómico puede parecer polémica, discutible. En efecto, hace un tiempo que Eddie no logra un éxito con sus películas. Sin embargo, la Academia intenta ayudar a este gran actor en su mal momento, y a su vez, confía en sus dotes actorales y cómicas como para animar toda una noche.
