¿Existe algo así como un poder anticipatorio del arte, y del cine en particular, de los conflictos sociales? O mejor, ¿el cine es capaz de expresar de manera única y singular tensiones sociales que en la vida práctica aparecen invisibilizados? Estas son preguntas que formula alguien que se preocupa por el vínculo que el arte mantiene con la sociedad y que seguramente a más de un lector le resultará significativa.
Lo cierto es que uno podría ayudarse con miles de casos concretos para responder afirmativamente a esta línea de interrogantes. En este caso tomaremos como ejemplo a una película británica filmada hace muy poco y que ha sido estrenada este año, nos referimos al caso de “Attack the Block”.
El film es la ópera prima de Jor Cornish y relata en términos paródicos y satíricos la invasión de una legión extraterrestre a nuestro planeta, capturando imágenes de la reacción británica al mismo.
A decir verdad el film toma como punto de partida esta invasión para expander su reflexión hacia otros campos de la vida social y cultural de los occidentales. Por ejemplo, podría pensarse que el film en realidad lejos de repetir las convenciones del cine de “invasión” propio de la industria de Hollywood, lo que hace es más bien reflexionar cinemáticamente sobre el cine y distanciarse, en ésta su reflexión, de las versiones más degradadas del cine comercial.
Así, la invasión tematiza el vínculo de sumisión que las culturas nacionales mantienen con la colonización cultural norteamericana y su intento de imposición global del “american way of live”.
Pero también tematiza temas como la violencia social y la xenofobia cultural, temas sumamente actuales en las sociedades europeas contemporáneas.