A decir verdad, ya lo hemos dicho en varios post en este espacio, la táctica hollywoodense que viene repitiéndose indiscriminadamente en los últimos tiempos, de producir remakes y secuelas de todas y cada una de las películas hechas en los años anteriores, puede ser sumante cuestionada, criticable, etc.
Como se sabe, existen clásicos intocables del cine norteamericano, que el simple hecho de hacer una remake con otros actores, con otro director, o incluso en otra época, puede deshacer lo hecho hace años, y romper con el círculo mágico que daba la gracia y el aura a ese clásico que nos mira a distancia.
Pues bien, quisiéramos decir que no todo es así, y que muchos remakes son esperados por la crítica por diversos motivos. Uno de ellos tiene que ver con que muchas veces el original ha sido tan malo, tan bizarro, que nada puede ser peor, y que el remake lo que buscará hacer es potenciar eso malo-bueno, eso bizarro que ha logrado generar en el público una identificación y un efecto de comicidad, humor y risa.
Esto es lo que ocurre con Zoolander, aquella gran película sobre modelos que protagonizaran Owen Wilson y Ben Stiller. Pues bien, ahora la secuela de este film se realizará luego de 10 años, y los personajes habrían pasado el duro paso de los tiempos. Veremos en qué termina este gran film.