Generalmente uno suele creer que en las secuelas de las pelílas -algo bastante común en la actual configuración económico-estética de Hollywood- son los actores quienes, luego de considerarse a sí mismos “estrellas del espectáculo”, se harán los difíciles, poniendo delante suyo y de los contratos a firmar, una serie infinita de condiciones que representan cuánto vale su participación repetida en un film.
Pues, como se sabe, una secuela siempre trae consigo la mala fama de que su existencia sólo se justifica por criterios económicos. Y eso, naturalmente, trae un halo de desgracia para todos aquellos que participan en él: especialmente los actores.
Esto no fue sin embargo lo que ocurrió en el rodaje de “Bridget Jones 3″, la famosa película británica sobre una mujer excedida de peso.
Pues aquí quien se ha hecho la “estrella” ha sido nada más y nada menos que el director confirmado, bajándose del rodaje. Nos referimos a Paul Freig. ¿Quién será su reemplazo?