No hay nada mejor que un director de cine ambicioso, que no decida imitarse a sí mismo, y que intente siempre innovar dentro del campo artístico, para no repetir esquemas previos que han tenido éxito. Esto no es algo que parece haber sido lo que más gustó a Scorsese, el cual siempre intentó darle una marca personal a sus films, de forma que la repetición de esquemas era interpretada por los críticos como entonación o estilo, recurrencia que hablaba más de obsesiones y compulsiones que de repeticiones falsas marcadas por intereses espurios.
En este caso sin embargo, Scorsese parece hacernos callar, puesto que su último film, “Hugo”, es sin dudas, de lo más raro que haya realizado el director italo-norteamericano.
Está basada en The Invention of Hugo Cabret, la novela escrita por Brian Selznick, protagonizada por un niño huérfano que vive en una estación de tren de París. Allí se dedica a reparar los relojes aunque todo cambia un buen día que descubre un complejo robot.
Lejos estamos de las peleas de pandillas de Nueva York, italianas o nativas, irlandesas o no, que nos venía presentando Scorsese desde hace muchos años.
Un film para toda la familia. Otra novedad. En efecto, Scorsese siempre se caracterizó por realizar films dedicados a adultos, sea por el grado de violencia sea por el grado de madurez de los tópicos tratados en sus guiones. Ahora la cosa cambia y esperamos que los fanáticos del director no se sientan decepcionados al respecto.