En los últimos años del cine comercial, los espectadores se han acostumbrado a identificar un rostro, un actor o actriz, con un tipo especial de género cinematográfico. Así por ejemplo sabemos que D. Washington siempre realiza papeles de hombres honorables en situaciones de riesgo y con conflictos desmesurados que ponen sus vidas en peligro; del mismo modo que sabemos que cuando se trata de una película de amor romántico de personas mayores de los 50 años se llamará a alguna actriz francesa hermosa. Ahora bien, ocurre algo similar con un actor que desde hace pocos años viene realizando toda y cualquier película de acción que se rode en el mundo: nos referimos, claro está, a Jason Statham.
Este pelado simpático sabe hacer papeles de acción y aventuras. Y en este caso se encuentra estrenando su último proyecto, “Safe”, una película bastante mala por cierto, en donde interpreta el rol de un agente de elite que deberá proteger a una niña china de las fauses tenebrosas de la mafia rusa y de sus implicancias con la policía de ese país.
Luego de que el muro de Berlín haya sido derrumbado, luego de que la organización bipolar del poder entre la URSS y los EE.UU sea transformada en un poder monolítico del capitalismo internacional, quedan destellos de la Guerra Fría. Y esta película parece ser el fiel retrato de ese hecho.
El film no parece ser demasiado verosímil. Ahora bien, ¿desde cuándo los fanáticos del cine de acción exigen coherencia en las películas que visionan?