Sabíamos que en cualquier momento ocurriría, que tarde o temprano la gente de Paramount Pictures y el realizador encargado de darle el toque de su mirada al film tendría la ambición de hacer lo que los tiempos del presente exigen, o mejor dicho: las exigencias del mercado imponen. Pues James Cameron, luego de un gran éxito con “Avatar” y su tecnología visual superior a todas las películas visionadas hasta el momento, sabía que al momento de que se cumpla aniversario por la caída del TITANIC, el barco más grande de la historia, sería el momento ideal para lanzar estrategias de mercado.
¿Y qué mejor que relanzar un estreno de “Titanic”, la historia más taquillera de amor de todos los tiempos, pero ahora bajo la tecnología de 3D? Ya se ha hecho con otros clásicos: como por ejemplo, “El Rey Leon”, u otras producciones para niños y para grandes.
Pues bien, dados los escenarios y el maximalismo del Titanic, esto es lo mejor que se puede hacer con el original de los años 90. ¿Qué beneficios puede traer esto para la gente que amó aquella película? A decir verdad, no demasiados. Lo cierto es que esto es una movida para ganar más dinero, y qué mejor que relanzar un viejo éxito.
Sin embargo nos preguntamos cómo puede ser que una persona como James Cameron siga con ganas de hacer este tipo de cosas, cuando es claro que es un director consagrado y multimillonario. ¿Ambición o ausencia de libertad ante las obligaciones de las grandes empresas cinematográficas?